El Salvador ha sido históricamente conocido por su alta tasa de homicidios y por ser uno de los países más peligrosos del mundo. Durante años, la violencia relacionada con las pandillas, el narcotráfico y la corrupción han contribuido a esta problemática, lo que ha llevado a una situación de inseguridad generalizada en todo el territorio salvadoreño.
De acuerdo con estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas, en el año 2015, El Salvador registró una tasa de homicidios de 103 por cada 100,000 habitantes, la más alta del mundo en aquel momento. En ese mismo año, la tasa de homicidios en la ciudad capital, San Salvador, alcanzó su pico histórico con 18 asesinatos al día, lo que equivalía a un promedio de un homicidio cada hora. En contraste, los países más seguros del mundo registran tasas de homicidio de menos de 1 por cada 100,000 habitantes.
En los últimos años, el gobierno de El Salvador ha emprendido una serie de medidas para combatir la violencia y mejorar la seguridad pública en el país. Una de las estrategias más destacadas ha sido el llamado “Plan Control Territorial”, implementado por el actual presidente Nayib Bukele en 2019, que busca atacar las raíces de la violencia y promover el desarrollo social y económico de las comunidades más vulnerables.
Este plan ha incluido medidas como la creación de nuevas unidades policiales, el aumento de la presencia militar en las calles, la implementación de nuevas tecnologías de vigilancia y la promoción de programas sociales para jóvenes y comunidades en riesgo. También se han implementado políticas para mejorar el acceso a la educación y el empleo, y se han impulsado reformas para combatir la corrupción y la impunidad.
Como resultado de estas medidas, el país ha experimentado una disminución significativa en los índices de violencia en los últimos años. Y el pasado 13 de febrero de 2023, el gobierno de El Salvador anunció que el país había alcanzado los 300 días no consecutivos sin homicidios desde el inicio del mandato de Nayib Bukele, lo que representa un hito histórico para el país.
Así lo anunció en su cuenta de Twitter el mandatario:
Según datos oficiales proporcionados por la policía de El Salvador, el país registró un total de 496 homicidios en todo el año 2022, lo que equivale a un promedio de 1.7 homicidios por día o 9.7 homicidios por cada 100,000 habitantes. Este número representa una disminución significativa en comparación con el pico histórico de la tasa de homicidios en 2021.
El presidente Bukele ha atribuido este logro al éxito de su plan de seguridad y al compromiso de su gobierno de garantizar la seguridad y el bienestar de los ciudadanos. Sin embargo, algunos críticos han cuestionado la veracidad de estas cifras y han señalado que el gobierno podría estar manipulando las estadísticas para fines políticos.
El presidente de COENA, Carlos Saade, ha sido uno de los críticos más vocales de esta iniciativa, afirmando que el logro de los 300 días sin homicidios es “falso” y que la situación de seguridad vendida en el país es más una “falsa seguridad”. Además, ha destacado que, aunque la tasa de homicidios ha disminuido, el país sigue enfrentando problemas significativos de inseguridad y violencia, y que aún hay mucho por hacer para garantizar la seguridad de los ciudadanos y la estabilidad del país.
A pesar de las críticas, el logro de los 300 días sin homicidios representa un hito significativo para el país y un paso importante hacia la construcción de una sociedad más segura y próspera. Si bien la situación en El Salvador sigue siendo difícil, el éxito del plan de seguridad del gobierno es un signo alentador de que es posible abordar la violencia y la inseguridad a través de medidas efectivas y de compromiso por parte de las autoridades.
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